Los hombres en el negocio de Young Living - Email #32
Ayer 8 de marzo fue el día Internacional de la Mujer y puede que te preguntes qué clase de título es este que habla de hombres, justo después de tan señalada fecha. Pero en realidad se trata de un artículo centrado en el trabajo que hacen las mujeres en este negocio y cómo los hombres podemos adaptarnos mejor.
Verás, resulta que en general los negocios multinivel están más y mejor desarrollados por mujeres. Pero en lo que se refiere al de Young Living, esta realidad puede ser aún más intensa. Es cierto que cada vez hay más hombres que están interesados en los productos y en nuestro negocio multinivel. Sin embargo, sigue habiendo una apabullante mayoría de mujeres que desarrollan este negocio.
Probablemente haya razones que expliquen esto, pero no las hemos buscado. Este email, en todo caso no trata de eso. Trata de cómo encajar en este negocio, como pareja de alguien que lo está haciendo, porque bajo la perspectiva de Nidore Essentia, es importante incluir a las parejas y a la familia como la mejor manera de hacer crecer un negocio sano.
Como siempre, debes tenerlo claro, este es un boletín dedicado a promocionar nuestro negocio, y desde este punto de vista no hay recetas. Así que incluiré cosas de mi propia experiencia y algunas ideas del Dr. Oli Wenker, que saqué de una conferencia suya de 2.018 y que me inspiraron a escribir este email.
Ellas conocen y hacen mejor el negocio de los aceites esenciales.
Durante el tiempo en que Jasmin y yo hemos estado dentro de este negocio me ha quedado claro que las chicas aprenden sobre todo esto mucho más rápido que nosotros los hombres.
Y en la mayoría de los casos, en la mayoría de las familias, son las mujeres quienes lideran el negocio de los aceites esenciales.
Por experiencia sé que para los chicos este negocio resulta todo un reto. Para nuestra mente, el aprender las herramientas emocionales que se necesitan se convierte en toda una experiencia novedosa, debido a nuestra educación. Para nosotros, se trata de hacer una especie de curso acelerado de adaptación para entender cómo piensa una mujer, como nos ve, o como procesa lo que decimos y hacemos.
Muchos tenemos problemas para participar y colaborar con nuestras parejas en tanto en cuanto ya venimos arrastrando la deficiencia aprendida de no entender que hay diferentes formas de comunicación.
Por ello, en la primera etapa dentro del negocio, se trata de hacer un esfuerzo consciente por entender que los hombres y las mujeres se comunican de manera distinta.
Lo que tuve que aprender. Y rápido.
En mi caso, al principio me encontré muchas veces en medio de discusiones con Jasmin en las que, al analizarlas luego, me daba cuenta de que ella era bastante más resiliente que yo con las personas de la organización en general.
Yo, al contrario, decía lo que pensaba. En realidad, muchas veces ni siquiera pensaba demasiado lo que iba a decir. Simplemente lo decía.
Y no es que pensáramos demasiado diferente o nuestros objetivos no coincidieran. Ella compartía muchas de las ideas que yo espetaba por la boca. Lo que sucedía es que simplemente era más capaz que yo creando puentes entre los objetivos que tenía en su cabeza y la persona que tenía enfrente. También conmigo.
Claro que podría ponerme a enumerar estudios y razones por las que yo reaccionaba así, pero la cuestión era que yo hablaba y justificaba las razones, mientras que ella creaba puentes para lograr hacer eso que yo “solo decía”.
Rápidamente me encontré en el dilema de tener que decidir qué hacer. No se trataba de competir, eso no tenía sentido. Así que me centré en observar sus resultados.
La mujer hacía lo que decía que iba a hacer, hasta lograr el resultado que buscaba. Y si no lo lograba de una manera, encontraba otra vía.
Eso me dejó claro dos cosas. Lo primero es que a ella le importaba mucho lo que estaba haciendo, aunque hubiera un gran esfuerzo de por medio para lograrlo. Y segundo, me resultó evidente que era algo que ella sí que quería hacer.
El verla trabajar me convenció de que ella había elegido hacer eso, pasara lo que pasara y tuviera el resultado final que tuviera.
Ella lo asumía como su proyecto personal y su negocio, y cada día lo veía más claro.
Y al principio los números de la facturación no acompañaban ni reflejaban el curro que hacía, pero aun así el cambio en ella fue brutal. Era otra persona. Cada día estaba más viva, más enérgica y decidida.
De competir a colaborar.
Así pues, me propuse dejar de dar opiniones y a empezar a colaborar con ella.
El proceso fue largo porque no terminaba de soltar el punto “yo marido y tú mujer”, que persistía en mi comportamiento inconsciente.
Tuve que renunciar a estar en primera línea o no cumpliría mi objetivo de colaborar y así lo hice. No de forma escalonada, como planeado, sino bruscamente porque mis propias reacciones inconscientes no me dejaban. Fue toda una experiencia el aprender escuchar conversaciones del negocio y no intervenir dando mi opinión.
Mientras tanto estaba la situación familiar. Llevábamos toda la vida acostumbrados a tener a Jasmin a mano para todo. Sus tiempos al teléfono aumentaron, sus viajes eran más frecuentes y luego, como era poco, llegaron las videoconferencias.
Aun hoy sigue estando mucho tiempo ocupada con la casa y la familia, pero cada día la ayudamos más y mejor, y no solo porque hagamos las cosas que nos pide, sino porque empezamos a hacer lo que no. En casa ya todos entendemos que son los requerimientos de su trabajo y lo aceptamos.
Sabemos que hay que recibir pedidos, que los aceites están en su lugar y que hay un sistema de control que hay que seguir, anotando las botellas que abrimos, porque hay que reponerlas. Asumimos que es normal que mamá no esté disponible como antes o que se vaya de viaje, así que tenemos que pensar por nosotros mismos el tema de la comida y de la limpieza. Hay que pasar la aspiradora, la mopa para limpiar el polvo o para recoger los pelos de Kira. Aprendimos lo que significa Termomix y para qué sirve. Y que hay que limpiar el baño y rellenar los botitos del gel hidroalcohólico y por supuesto, avisar cuando estén por la mitad porque hay que pedir más, una vez al mes.
Esta su vida, no es un juego.
Al final el gran cambio estaba en confiar. Finalmente, y mientras más tiempo pasa, es más fácil darme cuenta de que hay una diferencia muy sutil entre apoyar a mi esposa y tratar de micro gestionarla. Una es positiva, la otra una falta de confianza total.
Desde la barrera que es ahora el salón de casa, puedo darme cuenta de que ya no solo es una experta en aceites y esas cosas, sino que trata con las personas increíbles y poderosas en las que se han convertido sus socias, y por las que hace lo que tenga que hacer por seguir mereciendo su confianza, y a las que puede hablarles directa y francamente de cosas de las que yo no tengo ni idea.
Si lo pienso, soy un novato en este negocio. Ella controla mucho más que yo todo ese mundo y el cómo tratar con esas personas, y por mucho que yo me resista, la verdad es la que es. Ella ha elegido esto como su proyecto y su negocio. Y a diferencia de mi trabajo, que requiere de discreción y silencio para proteger los objetivos privados de mis alumnos y clientes, el suyo es más inclusivo, más inteligente y mucho más divertido.
Jasmin ha ido encontrando lugar en su negocio a todos nosotros. Cuando nos veo a todos implicados en su historia, cada uno en lo suyo, pienso en todo lo que nos queda por hacer juntos, y es un sentimiento que me gusta. Todavía no llegamos a conseguir los objetivos que nos permitan hacer todas las cosas que queremos hacer, pero todo se andará.
Por supuesto que tenemos por delante desafíos ante los que me paro, respiro y pienso: Dios mío déjanos descansar un poco, porfa. Pero también es genial ver hacia atrás y darme cuenta de la cantidad de veces que hemos podido anticiparnos al cambio. Es una experiencia que no tiene precio.
Por eso no puedo competir con ella, porque ella lo hace a su manera y yo he tenido que encontrar mi manera de ayudarla.
Adaptarte a un negocio dominado por mujeres.
En el camino he encontrado lo que necesitaba para cambiar mi punto de vista. Por eso también quiero incluir estas ideas que nos dio el Dr. Oli Wenker en una conferencia que vimos cuando comenzábamos en el negocio. Me pareció pertinente dejártelas, porque él estaba en la misma situación que yo. Su pareja era la que quería hacer el negocio.
Perla #1
Tu pareja habla una lengua distinta. Cada uno habla su idioma. Tu pareja el suyo y tú el tuyo y tienes que ajustarte a eso.
Perla #2
En lo referente a las discusiones sobre el negocio, quien lo asume como suyo tiene la última palabra. Esto parece un poco un chiste, pero resulta que los procesos mentales de cada uno en su posición son diferentes. Di lo que tengas que decir y da un paso atrás. No necesitas un tira y afloja. Déjalo estar y permite a tu pareja estar en lo suyo. Deja que tenga la última palabra si es quien lleva el negocio.
Perla #3
Siempre, y me refiero a SIEMPRE, asume que tu pareja tiene buenas intenciones. Puede que las exprese a través de cosas diferentes, de percepciones diferentes y de procesos mentales distintos. Puede que no te suene bien, pero si os amáis, tiene buena intención.
Perla #4
Hay que encontrar y compartir una meta o un sueño comunes.
Pearl#5
No quieras arreglar todo inmediatamente. Escucha. Dale tiempo a procesar la información. Escucha a tu pareja. Insisto. Siéntate y escucha.
Perla #6
Deja que tu pareja haga lo suyo. No la micro gestiones. Sólo porque eres bueno con Internet o con el Canvas, que gestiones bien o cualquier otra cosa, no significa que tengas que micro gestionar a tu pareja.
Es solo un negocio ¿por qué tener miedo?
Al final, hoy me centro en no tener miedo y trabajar en crear mi propia manera de expresar lo que ella está creando. Por eso paso tiempo pensando y averiguando como puedo trabajar junto a ella. Young Living, como negocio, no nació con la intención de separarnos como pareja, pero sí que es ideal para poder incluir metas comunes.
Claro que tenemos momentos en los que no nos entendemos, pero entonces me paro, respiro y pienso. Afino mis sentidos y asumo que no podemos estar hablando de cosas tan diferentes, así que sé que es un problema de ponerme en su piel. Eso siempre me ayuda estar allí. Y como ya te he dicho, su negocio nos está creando la posibilidad de tener una actividad que podemos realizar juntos, en familia. Es muy revitalizante.
Ya te dije que te hablaría de mi experiencia, y de verdad espero que hayas encontrado alguna idea que te sirva.
Se trata de que entendáis qué es lo que podéis aportar cada uno como persona, pero juntos. Se trata de integrar y descubrir las fortalezas de cada uno y combinarlas para construir algo. Solo tienes que decidir el qué.
Y como dice el Dr. Oli, si tienes pareja, dile que lea este email. No importa cuál de los dos está haciendo o desea hacer el negocio.