Presentación
Investigar sobre el marketing multinivel es, siempre, curioso y revelador. Lo que te propongo en este email es una vista general de nuestra experiencia a cerca del negocio de multinivel sobre el que se apoya el Proyecto Nidore Essentia.
Lo primero que tengo que decirte es que en un multinivel los distribuidores nada tienen que ver con la empresa que vende el producto. Y eso es una cosa que suena rara, ya lo sé, pero es que legalmente es así, en España y en todo el mundo. En otras palabras, una empresa que distribuye sus productos por este sistema, siempre “deja hacer a sus distribuidores” todo lo que sea legal y moralmente posible, mientras consuman sus productos.
Pero es que esa independencia de los distribuidores de la empresa es lo que hace atractivo al modelo, porque aporta tres cosas que son vitales para que podamos hacer nuestro trabajo. Esas cosas son que:
1. Un multinivel está formado por un grupo de consumidores organizados y con información.
2. Un multinivel tiene un enorme potencial para hacer un trabajo colectivo consciente.
3. Un multinivel nos da la oportunidad de poner en marcha una excelente capacitación en liderazgo, de forma directa y con personas reales.
Así que lo que vas a leer es una idea sobre lo que se vive en nuestro multinivel, a la vez que encontrarás las razones por las que es un gran sistema para que aprendas cosas que van a servirte, más allá de consumir aceites esenciales. Todo, siempre, según la visión y experiencia de los que hemos vivido en Nidore Essentia.
¿Cómo llegan a ti las cosas que compras?
Para empezar, no hay como el principio. Este será un comienzo extraño, porque no hablaremos de aceites, sino de ropa. Imagina que quieres comprar un pantalón. Decides entonces ir a una tienda muy especial, que está en una calle del lugar en el que vives. Cuando llegas hay un montón de pantalones, así que le preguntas a la persona que te atiende de dónde vienen.
La respuesta es variada. Vienen de Italia, España, Alemania, Portugal o, incluso, de China. La respuesta es un poco “amplia”, porque son muchos lugares. Así que preguntas cómo es que llegaron a tu pueblo. Y la persona te explica que hay un centro que recibe y distribuye toda la ropa desde Zaragoza.
Pero esa respuesta no es suficiente para ti, así que preguntas como es que llega todo a Zaragoza. La respuesta es que como casi todo llega por camiones desde Europa, y lo que viene de afuera llega por barco a Valencia, resulta que el mejor lugar para centrar la distribución es en ese gran pueblo maño.
Mientras quien te explicaba hablaba, tu escogiste un pantalón italiano, orgullo nacionalista de la señora Meloni. Y mientras admiras en el probador lo bien que te queda, imaginas que lo hicieron allí sin saber que era para ti. Luego, lo enviaron en camión hasta Zaragoza y, más tarde, otro transporte lo entregó en la tienda, para que tú lo pudieras comprar.
¿Y si la fábrica te lo vendiera directamente?
Sigues imaginando, y ahora te vas a casa, con el pantalón en una bolsa, pensando en lo bien que estaría el poder comprar este pantalón directo en la fábrica. Así que entras en Internet y miras a ver si esta gente tiene tienda online. ¡Y premio! Ahí está tu pantalón, a la venta en la Web del fabricante. Pero, ostras, el precio es incluso un poco mayor.
Te preguntas por qué y te vas al apartado “envíos”, que está dentro de su Web. Te dicen que te lo entregan en unos días, por mensajería y que, si no te lo quieres quedar, lo puedes devolver sin coste. Imaginas que la mensajería sustituye a los camiones que llegan a Zaragoza, y que te lo cobran todo igualmente. Por eso el precio es más o menos el mismo. Entonces te desanimas con la idea de comprar directamente a fábrica.
Al día siguiente te llama una amiga. Te dice que está vendiendo ropa traída directamente de fábrica y que tienes que ver lo que hay, que es buenísimo. Tú, que ya sabes de qué va, le dices que “sí” por compromiso y vas. Te muestra lo que tiene ella ya comprado en casa, y es bueno.
Te gusta, tienen un buen precio y quieres comprarte unos como los de ella, pero en rosa claro. Tu amiga te dice que te tienes que abrir una cuenta en la empresa y pedirlos tú. Te ayuda, y cuando elijes el pantalón que te gusta, resulta que es un poco más barato de lo que figuraba como el precio antes de tener tu cuenta abierta.
El multinivel y la realidad
Tu amiga está más contenta de lo habitual por tu compra. Tú preguntas y te dice que debido a que has comprado ese pantalón, ahora ella tendrá un descuento mayor en su próxima compra. Tú la miras con los ojos desencajados. ¡Te acaba de confesar que debido a que ella te ha presentado, le dan un descuento mayor por tus compras!
Te vas a casa confundida. Por un lado, sabes que has comprado un pantalón rosa, precioso, a gran precio. Pero, por otro lado, sientes que te han manipulado vilmente. Que en realidad no era una recomendación por y para ti, y que no pensó en ti porque te quería. Solo lo hizo porque le interesaba comprarse el jersey nuevo, que cuesta 250 pavos y que, dado el descuento extra, ahora se le queda en 160. Descarada, infame, más que infame.
La próxima vez que esa persona te llama ni le atiendes el teléfono. Te manda un WhatsApp con la foto del jersey y otra con ella sonriendo, con la prenda puesta. Tu indignación sube a extremos poco confesables y luego entra otro mensaje. Es de otra persona. Te envía la foto del jersey y te confiesa que va a comprarse uno. Pronto tus amistades se pueden clasificar entre “las que están” y “las que no están”. Y cada grupo tiene su propio chat de WhatsApp y allí expresan sus emociones, sin límites, sobre la empresa multinivel que vende ropa.
El grupo de “las personas que están”
Lo primero que te encuentras al entrar en el grupo es que, debido a los participantes que están más involucrados en el tema, hay quien puede explicar los detalles de las compras y de la mercancía para todas las demás. También están las personas que compran cosas poco comunes, que explican al resto lo que han comprado, y comentan sus cualidades y sus desventajas.
Otras, que se lo han tomado más en serio, explican los precios y cómo se calculan los descuentos, las comisiones, y hasta los bonos que paga la empresa multinivel por recomendar sus prendas de vestir. Alguien, en el grupo, pregunta que de dónde sale el dinero de esas comisiones, y otro alguien responde que del consumo.
La empresa no vende a tiendas y no paga transportes a Zaragoza. No tiene empleados dedicados a vender, ni a viajar para hacerlo. Tampoco tiene publicidad pagada por ella, así que ese dinero es el que se lleva quien compra, en forma de descuento.
Otra comenta que eso puede ser ilegal y que habría que pagar a Hacienda por ese dinero que te ingresan. Uno que es especialista en derecho mercantil, y que se acaba de comprar un traje, dice que según la Ley de Comercio es legal, mientras la oferta de la empresa se base en productos reales que puedes comprar y disfrutar en casa. ¿Y lo de Hacienda?, insiste otro del grupo. No te preocupes, porque ingresos tan pequeños no van a modificar en nada tu declaración. Otra cosa es cuando tus ingresos son mayores, entonces debes darte de alta como autónomo. Tu asesor fiscal te dirá cuando es el momento adecuado. Nadie dice nada más, y no sabes si por miedo a Hacienda, o porque nadie le creyó al hombre.
Sea como sea un multinivel está formado por un grupo de consumidores organizados y con mucha información.
“Los que están” se empiezan a organizar
Las primeras semanas de creado el grupo, son un poco caos. Una mujer envió fotos de su nieto recién nacido, cosa que alegró a algunos, pero que irritó a los que esperan comentarios sobre sus preguntas acerca de las ofertas del mes. Otros enviaron fotos de gatitos y algunos vídeos graciosos que aparecieron ayer en TikTok.
Así que quien creó el grupo pidió un poco de orden y estableció reglas. Todos los mensajes son igual de válidos e importantes para quien los genera, eso no se discute. Pero el grupo se creó para “las gentes que están” y por tanto es mejor limitar las conversaciones en el chat a las cosas que todos tienen en común, es decir, “los productos” por los que quienes están, están.
Muchos se frustran con las nuevas reglas, e incluso alguno se sale, porque como también estaba en el grupo de WhatsApp que crearon “los que no están”, se dio cuenta de que ese chat es mucho más democrático y plural, y que todos pueden enviar todo tipo de mensajes. Ahora, allí, puede descargar toda su ira y su frustración, y todos le entienden.
Mientras, dentro del grupo de “los que están”, se han ido organizando por temas, por intereses y se hacen preguntas tan tontas como “¿qué necesitas?” “¿qué buscas?” o “¿en qué podemos ayudarte?”. Parece un grupo muy raro, como si fueran una secta, que promueve la actitud positiva y recomiendan leer a Martin Seligman o hacer un curso gratis con Laurie Santos, profesora de Yale, sobre “La Ciencia del bienestar”.
Cuando se organiza todo, un multinivel tiene un enorme potencial para hacer un trabajo colectivo consciente.
“Los que están” se interesan en ayudar
Pronto hay personas dentro del grupo de “los que están”, que dejan ver su poca autoimagen y su poca autoestima. No se sienten bien con sus cuerpos y con sus vidas, cosa que les afecta no solo a la hora de vivir con las personas que tienen cerca, sino que compran cosas que no les van bien o peor, cosas que no les gustan.
Otras personas ya han pasado por algo similar, fuera o dentro del grupo. Algunas de ellas han vivido cosas muy intensas en sus vidas antes de llegar a este multinivel, y las han superado. Otras son curiosas de esos temas, que han leído y estudiado, pero sin llegar a ser profesionales. Algunas deciden ayudar. Así que se reúnen entre ellas y plantean ideas de las que se puede hablar para ayudar.
Las primeras ideas que pretenden desarrollar se centran mucho en salud mental, en la salud en general y en recomendaciones que implicarían aprender a cuidar tu cuerpo y tu imagen. Pero ninguno de ellos es médico, o tiene cualificaciones que les permitan hablar de esa manera a un grupo.
No puedes hablar de recomendaciones profesionales si no tienes la cualificación. La respuesta de quienes han decidido ayudar, y están presentes en esas reuniones, es la de hablar de experiencias personales, y nunca de recomendaciones, así que borran esa palabra de sus mentes.
Pronto se dan cuenta de que no saben hablar en público, no saben utilizar un ordenador, ni cómo organizar sus ideas para hacer una videoconferencia que se pueda entender. Así que algunos dicen que les interesa, y asumen el reto personal de aprender a liderar, y otros simplemente lo dejan por razones personales.
Si lo decides así, un multinivel nos da la oportunidad de poner en marcha una excelente capacitación en liderazgo, de forma directa y con personas reales.
Nidore Essentia como organización
Lo que te describo es, grosso modo, lo que hemos vivido dentro de Nidore Essentia. Es una descripción que sale de esa experiencia diaria, con la que hemos crecido como organización de distribuidores de productos de Young Living. Y esa experiencia es, a la vez, el mayor reto al que nos enfrentamos debido al desconocimiento general que existe sobre el potencial que ofrece este sistema de distribución.
Y no solo te hablo del potencial que tiene como negocio, dado que esto ya dependerá de tus intereses y tu capacidad de adaptarte a trabajar con mucha gente. Te hablo del potencial de crecimiento que te plantea, como persona que eres, con toda la información que está disponible para tu crecimiento y tu desarrollo. Y entiende que eso es así no solo para este multinivel, sino todos los que son mínimamente serios en sus propuestas.
Info adicional sobre el multinivel
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