Presentación
En el email #67, el anterior a este, te planteé la idea de que los aceites esenciales pueden mejorar tu bienestar físico y emocional. Pero también te incluí la de que debes prestar atención a la importancia de tu interpretación de cada aroma. Ahora quiero que lleves ambas ideas más allá, para que puedas sacarles provecho.
Los aceites, vistos como instrumentos de trabajo para tu crecimiento personal, no tienen un único propósito. Tu experiencia con ellos está abierta a múltiples interpretaciones, lo que implica que puedes utilizarlos como una herramienta de relajación o revitalización, pero también como una forma de autodescubrimiento. Con cada aroma, puedes hacer que tu práctica se adapte a lo que necesitas, transformándolo en una experiencia personal que desafíe cualquier interpretación definitiva.
Y ya sea que les utilices en casa, o en una cabina de estética o de masaje, tu intención no tiene por qué limitarse a la búsqueda de aportar, por ejemplo, solo calma o energía. Y lo que te propongo es que en lugar de una u otra, pienses en la fusión de ambas, es decir, que vayas en la búsqueda de algo que te permita explorar y experimentar ambos estados a la vez.
Poniendo otro ejemplo, para centrarte más la idea, imagina lograr sentir serenidad, a la vez que vitalidad, permitiéndote experimentar un estado donde el equilibrio y la paz son alcanzables, a la vez. Esta, estarás de acuerdo conmigo, es una propuesta para tu bienestar que se escapa de las ideas convencionales. Y, para insistir en la idea, lo que te propongo es la total disolución de fronteras entre uno y otro estado, de manera que abras la puerta a una vivencia integrada que no se rija por el movimiento entre los opuestos, sino que los integre, creando tu propia tercera vía.
Co-crea tu experiencia
Imagina crearte un estado interior en el que mantienes la calma y la serenidad, a la vez que puedes hacer y vivir sin más límite que las horas que tenga el día. Es decir, que haces, pero sin estrés. Que estás en estado de relajación, pero no en inactividad, sino haciendo. Es algo que podrías perfectamente llamar tu “calma activa”.
Y puede que pienses ahora que suena raro y hasta ilusorio, pero cuando te hablo de la inestabilidad del significado que tiene un aceite esencial, me refiero al hecho de poder conseguir cosas como estas, e ir más allá de lo que todo el mundo “sabe”. Es como la nueva cocina, cuando te comes una espuma, blanca y brillante, que sabe a tortilla de patatas. En ese caso deconstruyes la idea preconcebida que tienes en la cabeza de la tortilla, redonda, sólida y amarilla, y dejas de verla de forma estática. Y es esa deconstrucción del significado asumido sobre el aceite lo que convierte el trabajo con ellos en una experiencia interpretativa.
Claro que todo esto está ya en marcha en tu cabeza, aunque no te des cuenta, porque desde el momento en que los aceites esenciales pueden llegar a la casa de más gente en toda Europa, los aromas han entrado dentro de la cultura del bienestar y del autocuidado moderno. Claro que esta llegada está inspirada por tradiciones antiguas de cuidado personal y revitalización natural, pero ya no estamos en la edad media y la experiencia hay que enriquecerla con otros significados y referencias más acordes con nuestra historia cultural común europea.
Tu propia vía también vale
Y lo que resuena con este momento tan especial en el que vivimos, es alinearse con experiencias que trasciendan lo físico e involucren lo emocional. Y como el uso de los aceites no tiene por qué ser pasivo y estático, son ideales para invitarte a participar activamente en la construcción de sus nuevos significados. Y no te creas que eso implica que tienes que renunciar a los beneficios de siempre, sino que puedes enriquecerlos personalizando tu propio espacio de bienestar.
Para hacerlo solo tienes que aceptar el principio detrás del trabajo con los aceites. Y es que, a pesar de ser tan sutiles y etéreos, el efecto que causan en tu bienestar es profundo. Así que te toca asumir que, aunque la experiencia sensorial es momentánea, su impacto perdura. Y cuando asumes esa tensión que existe entre lo frágil de las sensaciones que tienes, y la fuerza que tiene su impacto en tu cuerpo y en tus sistemas energéticos, entonces dejas de pensar en opuestos y empiezas a crear tu propia experiencia, sin necesidad de que nadie tenga que validarla.
Estamos en un momento en el que puedes, perfectamente, asumir que no solo los usos formales y conocidos de los aceites esenciales pueden brindar beneficios significativos. Puedes ir más allá, asumiendo su uso como una práctica accesible y personal, en la que vas a encontrar la armonía y el bienestar en tus propios términos. De manera que, cuando trabajas con aceites esenciales, lo que haces es crear una experiencia única que va más allá de lo que hueles o sientes en tu piel.
Encuentro personal con los aromas
Así que, para lograr la propuesta, solo tienes que asumir que cada aroma es una puerta abierta a tu interpretación, y aceptar que esa flexibilidad que tienen es la que te da la libertad de descubrir qué es lo que ese aceite significa puntualmente para ti. Claro que puedes usarlo para encontrar, por separado, calma o revitalización, pero también puedes ir a por una mezcla de ambas, adaptando tu experiencia a lo que más necesitas en ese momento. No te límites al antiguo y fijo propósito que se le haya dado ya a un aceite, porque cada experiencia es una historia diferente que escribes a tu manera.
Insistiendo, antes de terminar, los aromas tienen el poder de sumergirte en un estado de bienestar donde no solo la acción y la serenidad pueden fusionarse. En el ejemplo anterior no tienes que elegir entre estar en calma o estar activo, porque los aceites te invitan a explorar una tercera opción: una “calma activa”. Y tienes que admitir que, desde este punto de vista, tu bienestar no tiene límites. Puedes hacer lo que desees, sin perder esa sensación de paz interior, de manera que esta libertad convierte la experiencia en un reflejo de tu propia vida.
Se trata de invitarte a usar los aceites aprovechando sus beneficios conocidos, pero también de invitarte a probar una nueva forma de bienestar. Se trata, también, de conectar con los aromas en tus propios términos, abriendo un diálogo sensorial que enriquezca tu día a día. Se trata, al final, de atreverte a explorar su lenguaje, que trasciende las palabras, y que existe dentro del espacio abierto por los aceites esenciales para el logro de tu bienestar.
Te dejo, para terminar, algunas otras propuestas para animarte a encontrar tu propia integración de opuestos, y que puedes explorar y añadir a la “calma activa” que integra calma y revitalización:
Confianza y Humildad.
Es la integración que busca actuar con firmeza sin dejar de ser receptivo.
Libertad y Compromiso
Esta integración plantea fomentar tus relaciones a la vez que mantienes actividades enriquecedoras que respetan tanto tus deseos como tus promesas.
Alegría y Serenidad
A esta integración la puedes llamar la de la “alegría serena”, y es una manera de gozar de lo que haces sin perder la calma interna.
Empatía y Asertividad
Esta crea un estado en el que puedes relacionarte de manera genuina y respetuosa, escuchando a los demás sin dejar de expresar tus propios pensamientos y necesidades.
Curiosidad y Aceptación
Esta última, pero no menos importante integración, es para permitirte explorar la vida con apertura, mientas al mismo tiempo disfrutas y aceptas lo que descubres.
Y ahora te toca a ti: Responde en tu grupo ¿Qué mezclas vas a utilizar para crear estas experiencias integradoras?
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