Presentación
Este mes te envío un email cortito, pero radical y rompedor.
Lo primero es decirte que la información que te interesa la he publicado en otro lugar. Y esto no significa que hayamos cambiado la rutina, y tampoco que no vayas a recibir más emails. Es solo que esta vez la información es muy amplia, y es mejor tenerla disponible de una manera muy específica.
Este mes quería hablarte de la Conciencia del Cuerpo Físico, que yo abrevio como CCF, pero de una manera que pudieras tener todos los conceptos principales juntos, y puedas mantener tus ideas ordenadas. Toda esa información se trata, insisto, de una definición del modelo mental que da forma al concepto de Conciencia del Cuerpo Físico.
Lo que es CCF
La Conciencia del Cuerpo Físico es un espacio metafórico al que accedes a través del movimiento consciente. Claro que imagino que eso de “espacio metafórico” te ha creado un poco de despiste mental. Pero he empezado duro, para mostrarte con ello lo que eso significa.
Para hacerlo, empezaré por decirte que ahora sabemos que cuando tu mente ve un objeto, digamos una manzana, la asocia a recuerdos, a cosas que has vivido con manzanas durante toda tu vida. Es mejor hacerlo como un ejemplo, para explicar mejor la idea. Imagina en tu cabeza una manzana, y le pones un color. Recuerda cómo es por dentro, el color y su textura. Recuerda ahora la última vez que comiste o te ofrecieron una manzana. Piensa un poco en ello.
Ahora analiza algo. Puede que hayas salivado. Puede que hayas sentido rechazo, o quizás unas ganas enormes de comerte una manzana, bien cocida, en forma de tarta casera. A lo que voy es que, al imaginar una manzana, tu cuerpo reacciona, automáticamente. No ha sido solo una imagen en tu cabeza ya. Ha habido una reacción más allá de tu mente.
Donde está la metáfora
Pero fíjate que, en realidad, nunca hubo manzana. Estaba en tu cerebro. Esa imagen en tu cabeza es lo que se llama una metáfora, y tiene la capacidad de activar a tu mente y a tu cuerpo a la vez. Claro que puede que, con la manzana, tu reacción no haya sido muy intensa, incluso casi imperceptible. Me voy a poner duro otra vez.
Cuando te acuerdas de alguien que ha muerto y que has querido mucho, tu mente y tu cuerpo se nublan. Quizás fue tu abuela, o uno de tus padres. O ambos. O un gato, un perro o una amistad. Normalmente tú dirás que los recuerdas, y es cierto. Pero lo que me interesa, fríamente, es que te viene la imagen a la cabeza y tu mente y tu cuerpo reaccionan.
Pero, después de todo, lo que recuerdas no está allí. Estás pensando en alguien que ha muerto. Luego la imagen que recuerdas, ese pensamiento, es una metáfora. Te pasa siempre, y ya imagino que piensas que es una estupidez, pero no lo es. Imagina ahora varios billetitos juntos de 50 euros. O, ya que estamos, varios de 100. Y, cuando lo hagas, observa y analiza cómo se te queda el cuerpo cuando lo haces.
Lo práctico de todo eso
Y, para terminar, solo queda decirte que lo que realmente es práctico de todo esto es que tu cuerpo tiene sus propias memorias. Puede que eso te parezca raro, lo sé. Pero si te digo que tu mente tiene memoria, ya no te parece tan raro. Es más, si te pido que me señales con el dedo la parte de ti con la que recuerdas, apuntarás con tu dedo a la cabeza. Y ahora, lo que te estoy diciendo es que tu cuerpo también recuerda.
Lo que te digo, e insisto por si todavía no me he explicado bien, es que tu hígado recuerda. Que tu estómago recuerda. Tus pies recuerdan, y tus tobillos y todos tus músculos y fascias también lo hacen. Es una gran putada, ya lo sé, pero es la purita verdad. Es verdad de la buena.
Y ahora voy a pedirte que hagas dos cosas.
La primera es revisar la página Web del boletín para que veas que chula me ha quedado. Y si la lees, entonces ya es de matrícula de honor. Si además le das al “me gusta” de este email, ya te saldrán “alas” y te darán la santidad. Lo de darte un día en el calendario no sé si ahora lo hacen, pero lo peor que te puede pasar es que tengas que compartir un día con algún otro santo. Lo siento.
La segunda cosa es que puedes pedirle a tu líder, en el grupo de Telegram, que os diseñe un ejercicio para cambiar los recuerdos corporales y mentales negativos que hayas tenido en tus relaciones. Te dará un aceitito, harás un movimiento y al tajo. Luego comparte tu experiencia con todos en el grupo, para ayudar a los que aún se sienten ridículos haciendo esto. Lo siento, otra vez.