Presentación
La idea del Movimiento Consciente es vital e importante para el Proyecto Nidore Essentia. Encontrarás, en la página “La inspiración” de nuestra Web, referencia a los 3 pilares que sostienen nuestro trabajo. En el tercero, “Compromiso de evolución”, establecemos que esto es un negocio multinivel, antes que nada, pero que eso no puede impedirnos proponer información que te ayude a ser mejor persona y a mejorar tu calidad de vida. Y allí es donde puedes encajar la idea de la Conciencia del Cuerpo, y del Movimiento Consciente como el mecanismo que puedes utilizar para conectar con esa conciencia.
No se trata de ser-consciente-de-tu-cuerpo, porque eso se refiere específicamente a la manera en que tú percibes y te relacionas con la parte más física de ti, y sobre la manera en que caes en la cuenta de lo que sientes, piensas y percibes sobre lo que ves de ti cuando estás frente a un espejo o haces algún tipo de ejercicio. Esa vía está más cerca de la autoimagen como concepto.
En Nidore Essentia, la Conciencia del Cuerpo Físico se refiere a un constructo que implica que tu propio cuerpo es capaz de caer en la cuenta de que pasan cosas dentro y fuera de él, independientemente de que esos procesos, luego, se completen dentro de tu cabeza. Esa idea que te proponemos se resume en una sencilla frase, que es que “tu cuerpo sabe”.
Y dado que la forma en que piensas, y en la que te han educado, no confirma esta idea de que “tu cuerpo sabe”, lo que te proponemos en este email es utilizar una técnica simple que te ayude a caer en la cuenta de que tu cuerpo tiene su propia conciencia. A esa técnica la llamamos Movimiento Consciente.
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Cuerpo y mente, la versión europea
A ti, como a todos, nos educaron en la idea de lo importante que es la preminencia de la mente sobre el cuerpo. En occidente, y cada vez más en oriente, no caemos en la cuenta de que, por educación, el darle demasiada fuerza a la mente, termina por destruir al cuerpo.
Pero, a pesar de ello, hay personas que han pensado y trabajado en la dirección de demostrar que “el cuerpo sabe”. Son ideas que pueden permitirte ir desarrollando maneras de hacer que tu cuerpo deje de estar machacado por tu mente a través de todos esos pensamientos obsesivos que tienes sobre él, y sobre lo que implica tenerlo.
Y debes saber que, para nosotros como europeos, la separación entre mente y cuerpo es vieja como Matusalén. Ya entre Atenas y Esparta quedó clara la diferencia entre dos formas de ver nuestra relación con la realidad interna y externa que vivimos. La primera defendió el desarrollo mental, a través de lo filosófico, artístico y político. La otra, la formación militar y la disciplina, basadas en la fortaleza física.
Pero hoy es hoy
Y siglos después, seguimos con la misma cantinela. Hemos heredado el separar la mente del cuerpo. Por eso, cuando hablamos de “mente”, pensamos en cultivarla, educarla y hasta en una gran “inteligencia”. Y cuando hablamos del cuerpo, y casi sin ser conscientes de ello, seguimos evocando cuerpos espartanos, perfectos, musculosos y sanos.
Pero resulta que eso no es así del todo. Hoy en día sabemos que tu vientre tiene neuronas, y que tu pecho también. Tienes neuronas en todo el cuerpo. ¡Coño, tienes neuronas hasta en tu piel! ¿has caído en la cuenta de que tu piel piensa?
Y eso, tómalo con calma, no es lo más importante para ti. Puedes decir que es un conocimiento espectacular y radical, pero no es importante. Lo que importa es que caigas en la cuenta de que, si hay neuronas, hay conexiones químico-eléctricas, y por tanto tu cuerpo tiene la capacidad de crear sus propios nuevos conectomas, igual que tu mente.
La energética de tu cuerpo
Ahora, para avanzar, recuerda lo que leíste en el email #55. Te dije que dentro de tus células hay reacciones químicas que hacen consciente la actividad de tu inconsciente, y que eso sucede a través de procesos enzimáticos que hacen que una onda –invisible– colapse, entrando en el mundo de lo visible y haciéndose, por tanto, consciente.
Y aunque puedas pensar que este giro nada tiene que ver con lo que te contaba sobre las neuronas, la verdad es que lo tiene, y ahí entra en juego el movimiento. Pero no cualquier movimiento, sino uno consciente. Es decir, uno que te permita caer en la cuenta de qué es lo que te dice tu cuerpo, literalmente, mientras te mueves. Se que eso de que tu cuerpo te hable te puede sonar raro, pero ya conoces el trabajo de Rudoplh Laban por el email #54.
En sus observaciones, este hombre estableció el concepto de “esfuerzo”, que es como él llamaba a los movimientos conscientes de sus bailarines. Y, según dice Juliet Chambers-Coe en uno de sus trabajos, es así como Laban explica como la energía invisible e inconsciente se convierte en un flujo que se hace táctil. Y, si atas cabos con la idea de que tu cuerpo sabe, es así como lo invisible se hace perceptible por las neuronas sensoriales de tu cuerpo.
El Movimiento Consciente
Claro que Laban aplicó esto a la danza, pero eso no lo hace menos real para ti. Me explico. El flujo de corriente químico-eléctrica, que emanan tus neuronas sensoriales, describe la cantidad de tiempo en el que se realiza un patrón continuo y completo de movimiento, que es lo que llamamos un Movimiento Consciente.
Queda implícito el hecho de que, con esto del Movimiento Consciente y tu cuerpo, pasa igual que cuando estudias una idea que no entiendes. Simplemente no la pillas porque no hay rutas neuronales que hagan que “caigas en la cuenta” de la idea que estás estudiando y quieres comprender. Solo necesitas tiempo e insistencia para que se creen esas rutas llamadas conectomas, y entiendas y aprendas lo que estudias. Es un proceso bastante simple de comprender.
Es por eso por lo que, al principio, como hay neuronas, pero no conectomas, tu Movimiento Consciente es muy malo y débil. Siente inseguridad, tus pensamientos son caóticos y poco claros y tus sensaciones son confusas. Pero el proceso es potente. Y voy a insistir, para que no te quepa ninguna duda. Al principio, tus neuronas corporales tienen pocos conectomas dedicados a esto de hacer un Movimiento Consciente, porque nunca lo has hecho. Pero si insistes, esos conectomas van a crearse. Sin más.
Utilizando el Movimiento Consciente
Y ahora me pondré técnico otra vez, porque es necesario. Laban encontró que te mueves, cuando vas por la calle, en tu vida diaria, porque hay “impulsos y deseos apenas conscientes” que te empujan. Y fue aún más lejos, diciendo que esos impulsos son “sutiles niveles de atracción y repulsión entre las personas que te rodean y tú”, y que nacen dentro de ti, pero “por debajo o más allá de la conciencia” que tienes como individuo, y que son “lo que te lleva a comportarte como lo haces”.
Es decir, que de esas reacciones enzimáticas que hay en tus células cuando te mueves, aparece un mapa que es lo que guía la manera en cómo te mueves. Por eso, cuando te detienes en la esquina de una calle cualquiera, y te fijas en la manera de caminar de las personas que pasan, te das cuenta de que cada uno camina como camina.
La Chambers-Coe, que es Doctora en Artes Escénicas y profesora de movimiento en la Universidad de Essex, dice que Laban comprendió el “aspecto psicológico de la energía sutil que se encuentra dentro de la propia conciencia”. Y, además, su trabajo se centra en “la percepción de Laban de la energía como un fenómeno vibratorio encarnado que se revela en capas de experiencia somática dentro de la práctica del movimiento”.
Aplicando el Movimiento Consciente
Lo que la Dra. Chambers-Coe quiere decir, en términos sencillos, es que la información inconsciente, que por su naturaleza es ondulatoria e invisible, se hace visible en el cuerpo, encarnándose y produciendo un movimiento inevitable. Pero si asumimos que esto es así, y que pasa sin que nosotros nos demos cuenta, entonces podríamos pensar en que lo contrario también es posible.
Es decir, que si recuperas de tu mente una idea que te interesa, puedes hacer que tu cuerpo se mueva en consecuencia. Solo que este esfuerzo, hablando como lo haría Laban, tiene que ser consciente. Me explico. Imagina que no tienes trabajo. Laban dice que, como no lo tienes, te moverás como alguien que no tiene trabajo.
Pero si repitieras en tu mente “ahora tengo dinero, tengo un trabajo” y dejas que tu cuerpo se mueva mientras insistes en tu repetición, lo que sucederá es que tu cuerpo interpretará el papel de la frase que utilizas en tu mente como un mantra. La idea, repetida mentalmente, se convertirá en un flujo constante de energía que hace que se encadenen gestos, creando un patrón continuo.
Mucha más gente lo ve así
De esta manera, según lo explica la doctora Juliet, lo que sucede es que dejamos que el cuerpo tome conciencia de las partes que han sido exiliadas. Y lo hace añadiendo incluso otros elementos que se hayan disociado y fragmentado por causa de lo que vives en tu vida cotidiana.
Otra doctora, Lucia Ruprecht, también interesada en estas cosas del movimiento, dice que esto que explica Laban no es un simple tembleque que le pasa a uno. Se trata de “corrientes invisibles pero omnipresentes que se mueven constantemente entre los cuerpos” y que son percibidas como la manera de caminar de alguien, por ejemplo.
Esta alemana, que trabaja en varias universidades europeas, dice que el cuerpo es a la vez receptor y transmisor de esas corrientes u ondas. Y como su área de interés es más amplia que la de la doctora Juliet Chambers-Coe, también añade notas en su trabajo sobre otras investigaciones:
“El influyente tratado de Wassily Kandinsky, “De lo espiritual en el arte”, de 1912, dedica varios pasajes al poder vibratorio de las artes visuales, pero también plantea la idea de que la danza debería esforzarse por crear vibraciones espirituales más finas.” (1946, 86)
Interesante, porque Kandinski era pintor y profe en la Bauhaus. Y, aun así, compartía el mismo tipo de ideas que Laban sobre esa energía invisible que entra en lo visible, aunque cada uno desde su campo.
Y para concluir
La Dra. Lucía, en un trabajo sobre “la práctica gestual”, incluye una reflexión del propio Laban, que es importante para entender el modelo del Movimiento Consciente:
“El cuerpo se encuentra constantemente en un estado de agitación, afectado y afectando a otros a través de un tipo de energía vibratoria o pulsación”. Hoy, tú y yo añadiríamos que se trata de un estado de agitación cuántica. Luego añade que “la pulsación incesante del cuerpo se reproduce en ondas circulares, expandiéndose en el mundo. Además, el cuerpo emite al espacio su propia pulsación, a la vez que puede emitir las ondas de una pulsación ajena que irrumpa en él.” (Laban 1920, 47).
Así que, después de toda esta tralla que te he metido, se puede decir que el Movimiento Consciente es todo aquel que aprovecha el esfuerzo del cuerpo, haciendo gestos en un patrón continuo, con el objetivo de hacer visible la información asociada a una idea. Dado que esa idea la defines tú, previamente, al moverte se crea un flujo de corriente químico-eléctrica que emanan las neuronas sensoriales, describiendo la cantidad de tiempo que se realizan los gestos, que aparecen de forma autónoma y automática, como un patrón continuo de posiciones del cuerpo. Todo ello a partir de que repites la idea mentalmente y sin parar.
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